Un estadounidense tuvo la idea de empezar a dibujar felinos y ofrecerlos por US$ 10 cada uno. Y funcionó.
La historia es muy simple: un buen día a un señor llamado Steve Gadlin se le ocurrió que podría ganar dinero dibujando gatos, con un estilo infantil, y venderlos por internet. Como promoción hizo un video en el que cantaba y bailaba (mal y mal) con una canción que tenía como estribillo: “I want to draw a cat for you” (Quiero dibujar un gato para ti, o para usted).
Cada gato costaba diez dólares y mal que bien se vendían, pero la industria no era demasiado próspera. Entonces decidió poner el negocio en una página de descuentos en internet, Groupon.
La propuesta fue aceptada por el sitio, pero lo ofrecieron de una manera lateral, casi escondida. Sin embargo, a la manera de internet, la voz se corrió y los pedidos de gatos dibujados empezaron a aparecer, aunque Gadlin ganaba muy poco, con el descuento de Groupon.
Si bien había sido una sensación en Internet, con más de 150 mil visitas al video en Youtube y también había vendido mil gatos a través de groupon, el negocio no despegaba, hasta que Gadlin decidió presentar la idea en uno de esos tantos programas en los que la gente se deja ridiculizar con tal de salir en televisión.
Era Shark Tank, una especie de pileta de tiburones donde un grupo de millonarios arrogantes suelen reducir a las lágrimas a gente humilde y torpe y con ilusiones de salir de pobres gracias a lo que consideran una gran idea.
En algún caso, sin embargo, algún tiburón aprecia la idea del participante e invierte en ella.
Fue el caso de este dibujante de gatos, ya que uno de los tiburones, el excéntrico dueño del equipo de básquetbol Dallas Mavericks, Mark Cuban, decidió invertir US$ 25.000 por un tercio del negocio de Gadlin.
El propio Cuban también se ofrece a dibujar gatos para quienes así lo deseen, pero los cobra mil dólares, en vez de diez. Hasta el momento, Gadlin ha vendido cerca de 6 mil gatos y pronto saldrá un libro de ilustraciones y, por supuesto, camisetas.
Mark Cuban ya recuperó el dinero y pronto comenzará a ganar. El secreto es mantener la frescura, lo que no es tan fácil.
Cada gato costaba diez dólares y mal que bien se vendían, pero la industria no era demasiado próspera. Entonces decidió poner el negocio en una página de descuentos en internet, Groupon.
La propuesta fue aceptada por el sitio, pero lo ofrecieron de una manera lateral, casi escondida. Sin embargo, a la manera de internet, la voz se corrió y los pedidos de gatos dibujados empezaron a aparecer, aunque Gadlin ganaba muy poco, con el descuento de Groupon.
Si bien había sido una sensación en Internet, con más de 150 mil visitas al video en Youtube y también había vendido mil gatos a través de groupon, el negocio no despegaba, hasta que Gadlin decidió presentar la idea en uno de esos tantos programas en los que la gente se deja ridiculizar con tal de salir en televisión.
Era Shark Tank, una especie de pileta de tiburones donde un grupo de millonarios arrogantes suelen reducir a las lágrimas a gente humilde y torpe y con ilusiones de salir de pobres gracias a lo que consideran una gran idea.
En algún caso, sin embargo, algún tiburón aprecia la idea del participante e invierte en ella.
Fue el caso de este dibujante de gatos, ya que uno de los tiburones, el excéntrico dueño del equipo de básquetbol Dallas Mavericks, Mark Cuban, decidió invertir US$ 25.000 por un tercio del negocio de Gadlin.
El propio Cuban también se ofrece a dibujar gatos para quienes así lo deseen, pero los cobra mil dólares, en vez de diez. Hasta el momento, Gadlin ha vendido cerca de 6 mil gatos y pronto saldrá un libro de ilustraciones y, por supuesto, camisetas.
Mark Cuban ya recuperó el dinero y pronto comenzará a ganar. El secreto es mantener la frescura, lo que no es tan fácil.
Fuente: www.elobservador.com.uy