El agente llamado Toxoplasma gondii es la causa de zoonosis más frecuente de pequeños animales (se conoce por zoonosis cualquier enfermedad que puede transmitirse de animales a seres humanos), se considera que entre un 30 a 40 % de los seres humanos adultos (de todo el mundo) son seropositivos, lo que estaría indicando una infección previa o actual de T. gondii.
Una vez que una persona fue infectada la sintomatología suele ser bastante inespecífica como fiebre, malestar, agrandamiento de ganglios linfáticos y la mayoría de las personas nunca supieron que contrajeron la enfermedad. De todas formas esta enfermedad es muy importante en aquellas personas con SIDA, madres embarazadas (en realidad en sus bebés) y personas con tratamiento inmunosupresor (ejemplo transplantados o pacientes con cáncer).
La toxoplasmosis no debe ser subestimada como enfermedad zoonótica debido a las posibles consecuencias en la salud de determinados grupos de personas y es muy frecuente que los profesionales de la salud humana les sugieran que se deshagan de su gato, lo regalen o eutanasien debido al riesgo de adquirir la enfermedad. Sin embargo el manejo con el gato no tiene porque ser tan radical debido a los mecanismos de contagio y aunque no pueda afirmarse categóricamente que una persona no puede adquirir toxoplasmosis de su gato, seguramente es muy poco probable que lo haga.
Las personas pueden ser infectadas a partir de 2 situaciones principales, la primera es ingiriendo ooquistes esporulados y la segunda es ingiriendo quistes en tejidos. Por lo que si evitamos estas dos formas estaríamos previniendo la infección en humanos. De aquí en adelante se explicarán estas dos posibilidades.
Ingestión de ooquistes esporulados: Como es conocimiento popular, los gatos son los únicos huéspedes definitivos del T. gondii, por lo tanto es el único animal que luego de ser infectado elimina por sus heces los ooquistes del parásito. Estos ooquistes se vuelven infectantes luego de esporular para lo cual se necesitan de 1 a 5 días de éstos en contacto con el aire. Otro hecho interesante es que el gato una vez infectado eliminará estos parásitos durante solamente 10 a 21 días y no volverá a hacerlo en su vida a menos que tenga una reinfección o inmunosupresión importante, lo que significa que un gato en particular excretará ooquistes en el ambiente solo durante una muy pequeña parte de su vida.
Los quistes una vez esporulados sobreviven durante meses a años en el ambiente, quedando en agua y tierra contaminadas. Son importantes fuentes de contagio las quintas y jardines, areneros para los niños y aguas estancadas.
Para evitar la infección por toxoplasma en humanos a partir de ooquistes deben tomarse determinadas precauciones, debería hervirse o filtrarse el agua que no ha sido potabilizada o que no es embotellada, deberían usarse guantes al trabajar con tierra o en su defecto lavarse las manos a conciencia luego de manipular tierra, las frutas y verduras deben lavarse bien antes de comerse crudas, los areneros de los niños deberían cubrirse cuando no se están usando y por último la bandeja sanitaria del gato debería ser limpiada y lavada diariamente con agua caliente o vapor. Tocar o acariciar el gato no suele ser una fuente de infección debido a que el ooquiste debe estar en contacto con el aire un mínimo de 24 horas para volverse infectante y debido a sus hábitos de higiene el gato nunca permite que haya restos de heces en su pelaje durante este tiempo.
Se ha descrito también por medio de varios estudios que personas inmunosuprimidas propietarias de gatos no tenían mayor riesgo de contagio con T. gondii que personas inmunosuprimidas que no tenían gatos.
Para hacer una prevención adicional si se quiere, todos aquellos gatos que son seronegativos (por lo tanto no han tenido contacto con el parásito) deben mantenerse de forma indoor (es decir no pueden salir de la casa) y evitar los hábitos de depredación para evitar así un posible contagio al ingerir un animal infectado, así mismo no deben alimentarse con carne cruda.
Ingestión de ooquistes en tejidos: Los animales (y humanos) que se infectan con el T. gondii quedan con el microorganismo latente en los tejidos por el resto de su vida. Esto hace que si un humano ingiere o manipula carnes de animales enfermos puede contagiarse. La carne debería comerse bien cocida para inactivar los quistes en los tejidos, al cocinar y manipular la carne deben usarse guantes o lavarse las manos de forma meticulosa posteriormente. Otro manejo prudente es congelar la carne durante varios días lo cual elimina la mayoría de los organismos aunque no todos.
Los hechos antes mencionados sugieren de forma bastante contundente que es prácticamente imposible contagiarse la toxoplasmosis a partir de un gato, en particular sobre todo si se toman las medidas aconsejadas más arriba. Es más probable contraer la infección a partir de cosas corrientes, como el manejo y consumo de alimentos preparados de forma inadecuada.
Nota: El presente artículo no sustituye el consejo de un profesional Veterinario
Nota: El presente artículo no sustituye el consejo de un profesional Veterinario