El Gato y la Espiritualidad


Quien no se relaciona bien con su propio inconsciente, no soporta los gatos. Él surge entonces como una amenaza porque representa esa relación precaria del hombre con su mismo misterio. El gato no se relaciona con la apariencia del hombre. Él ve mucho más allá, ve por dentro y por el revés.

Se relaciona con la esencia. Si la demostración de cariño es falsa, de miedo, o sustituye inaceptables (pero existentes) impulsos secretos de agresión, el gato lo sabe. Y se defiende de la caricia. La relación de él es con aquello que está oculto y tan bien guardado que ni nosotros queremos, sabemos o tampoco podemos ver. Por eso, cuando surge en él un acto de entrega, de treparse a la falda o alguna manifestación de afecto, es algo realmente verdadero que no puede ser dejado de lado. Es un gesto de confianza que honra a quien lo recibe, pues significa un juicio. El hombre no sabe "sentir" al gato pero el gato sabe "sentir" al hombre....

Si hay alguna falta de armonía real o latente, el gato la siente. Si hay soledad, él sabe y suaviza la situación como puede pues enfrenta su propia soledad de manera mucho más valiente que nosotros. No se manifiesta, no reclama. Solamente se aleja. Quien no lo sabe "leer" piensa que "él" no está allí. 

Presente o ausente, él enseña y manifiesta algo. Cerca o lejos, mirando o fingiendo no ver, él está comunicando códigos que no siempre (o casi nunca) sabemos traducir. El gato ve más, ve dentro y más allá de nosotros. Se relaciona con los fluidos, auras, fantasmas amigos y opresores.

El gato es médium, brujo, alquimista y parapsicólogo. Es una oportunidad de meditación permanente a nuestro lado, a enseñar la paciencia, atención, silencio y misterio. El gato es un monje silencioso, meditativo y sabio para contestar las preguntas dudosas, aguardando que, en nuestra eterna búsqueda, encontremos el camino, en vez de enseñarlo ya preparado, conocido y trillado.




El gato contesta siempre con una nueva incógnita, encaminándonos a la permanente investigación de lo real, de la búsqueda incesante de la seguridad que cada segundo contiene la posibilidad de creatividad y de nuevas relaciones infinitas entre las cosas.

El gato es una lección diaria de afecto verdadero y fiel. Sus manifestaciones son íntimas y profundas. Exige dedicación, entrega y atención. Las personas descuidadas no son del agrado de los gatos. Personas chillonas le irritan. Todo lo que necesite promoción o explicación requiere afirmación.

Vive de la verdad y no se ilusiona con las apariencias. Nadie, en la naturaleza, ha aprendido a bastarse (hasta en la higiene) a si mismo como el gato. Ejemplo de sueño y musculación, el gato nos enseña todas las posiciones de respiración yoga. Enseña a dormir con entrega total y nos muestra la solución de recuperación en el Cosmos. Enseña a desperezarse con el masaje más completo de todos los músculos, preparándolos para una acción inmediata. Si los preparadores físicos aprendiesen el calentamiento que hace el gato, los jugadores de la banca no llevarían tanto tiempo (15 minutos) ejercitándose para entrar al campo.

El gato sale del sueño para el máximo de acción, tensión y elasticidad en un segundo. Conoce el desempeño preciso y milimétrico de cada parte de su cuerpo al cual ama y preserva como un templo. Ejemplo de salud y sensualidad, de relaciones amorosas con dedicación integral de varios días, ejemplo de organización familiar y definición del espacio propio y territorio personal, administra lecciones de anatomía, equilibrio y desempeño muscular. Ejemplo de salto, de silencio, de descanso... de introversión, de contacto con el misterio, con lo oscuro, con la sombra. Ejemplo de religiosidad sin iconos..., lecciones de alimentación y "finesse", de buen gusto y sentido de oportunidad. Ejemplo de vida, en fin, la vida más completa, diaria, silenciosa, educada, sin cobranzas, sin vehemencias, sin exigencias.

"El gato es una oportunidad de interiorización y sabiduría, hecha por el misterio a la disposición del hombre". El gato es un animal que tiene mucho cuarzo en la glándula pineal y por lo tanto es un trasmutador de energía y útil para la cura, pues capta la energía mala del ambiente y la transforma en saludable. - Normalmente, donde él se acuesta con frecuencia es una señal que la energía no está buena - en el caso que el animal se arrime a alguna parte de nuestro cuerpo de manera insistente, es una señal que aquel órgano o miembro está enfermo, o cerca de enfermarse pues él ya percibió la mala energía y entonces él opta por elegir esa parte de cuerpo para limpiar lo que existe allí.

Observe que, de la misma manera que el gato se acuesta en determinado lugar, el salta de repente pues siente que ya limpió la mala energía del lugar y no necesita estar mas allí. El amor del gato por su dueño es de desapego pues, mientras lo necesita el está cerca y cuando no, él se aleja. En el Egipto de los faraones, el gato era adorado en la figura de la diosa Bastet, representada comúnmente con el cuerpo de una mujer y cabeza de gata. Esta bella diosa era el símbolo de la luz, del calor y de la energía. Era también el símbolo de la luna y se creía que tenía el poder de fertilizar la tierra y los hombres, curar enfermedades y conducir el alma de los muertos. En aquella época, los gatos eran considerados guardianes del otro mundo y eran comunes en muchos amuletos.

"El gato inmortal existe en algún mundo intermediario entre la vida y la muerte, observando y esperando, pasivamente, hasta el momento en que el espíritu humano se vuelva libre. Entonces y solamente así él irá a liderar el alma hasta su reposo final"

INSTRUCCIONES PARA DARLE UNA PILDORA A UN GATO


1- Tome el gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebe. Posicione el índice y el pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión a las mejillas del gato mientras sostiene la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la píldora dentro. Permítale cerrar la boca a los efectos de que el gato trague la píldora. 

2- Levante la píldora del suelo y al gato detrás del sofá. Acune al gato en su brazo izquierdo y repita el proceso. 

3- Traiga al gato del dormitorio y tire la píldora baboseada a la basura.

4- Tome una nueva píldora de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda.
Fuerce la apertura de las mandíbulas y empuje la píldora dentro de la boca con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada mientras cuenta hasta 10. 

5- Saque la píldora de la pecera y al gato de arriba del armario.
Llame a su esposa que esta en el jardín. 

6- Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sostenido entre sus rodillas. Mantenga las patas tras-eras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su esposa que sostenga la cabeza del gato con una mano mientras le abre la boca con una regla de madera. Arroje la píldora dentro y frote vigorosamente la garganta del gato. 

7- Traiga al gato del portarrollos de la cortina. Traiga otra píldora de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y reparar las cortinas. Barra cuidadosamente los trozos de figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego. 

8- Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su esposa que lo mantenga estirado, con solo la cabeza visible. Ponga la píldora en una pajita de gaseosa. Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la suya. Sople. 

9- Verifique la caja para asegurarse que la píldora no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique apósitos a los brazos de su esposa y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón. 

10- Traiga al gato del tejado del vecino. Tome otra píldora. Ponga al gato en el armario y cierre la puerta sobre su cuello, dejando solo la cabeza afuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cucha-ra de postre. Arroje la píldora dentro con una bandita elástica. 

11- Vaya al garaje a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en las mejillas y verifique cuando fue la ultima dosis de vacuna contra el tétano. Arroje la remera que tenia puesta en el lavarropa y tome una limpia del dormitorio 

12- Llame a los bomberos para bajar al gato del árbol de la calle de enfrente.
Discúlpese con su vecino que se estrello contra la reja tratando de escapar del gato furioso. Tome la última píldora de la caja. 


13- Ate las patas delanteras del gato a las traseras con una cuerda. Átelo firmemente a la pata de la mesa de la cocina. Busque guantes de trabajo pesado. Mantenga la boca del gato abierta con una pequeña palanca. Ponga la píldora en la boca seguida de un trozo de carne. Mantenga la cabeza vertical y vierta medio litro de agua a través de la garganta del gato para que trague la píldora. 

 
14- Haga que su esposa lo lleve a la sala de emergencia. Siéntese tranquilamente mientras el doctor le venda los dedos y frente y le saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta deténgase en la mueblería para comprar una nueva mesa. 

15- Arregle con la oficina inmobiliaria para comprar una nueva casa para el gato y llame al veterinario para ver si tiene un hámster a la venta.

¿Porque soy alérgico a los gatos?

Muchos millones de personas son alérgicas a las mascotas en el mundo,  pero a pesar de ello, un gran porcentaje convive con un animal doméstico. Así pues, la alergia no debe ser un motivo que nos impida tener una mascota y poder cuidarla. Lo más importante es conocer las causas de la alergia, una patología que ocasionan los alérgenos, unas sustancias que pueden provocarnos hipersensibilidades o reacciones anormales cuando nos exponemos a ellas. En el caso de los animales, estos alérgenos se suelen encontrar en la caspa, la saliva y la orina.
Si eres alérgico, no renuncies a tu gato
El gato es uno de los animales que causa más casos de alergia porque el principal alérgeno (Fel d I) que afecta a las personas se produce en la saliva felina y las glándulas sebáceas de su piel. Lo que ocurre es que, al encargarse de su propia higiene, los gatos reparten este alérgeno por todo su pelaje y, en otras ocasiones, lo transmiten directamente al ambiente a través de la secreción de sus glándulas sebáceas.
Cuando estamos cerca o acariciamos a nuestro gato, inhalamos estos alérgenos a través de la nariz o la garganta y es entonces cuando pueden  aparecer síntomas como congestión nasal, enrojecimiento y picor ocular o dificultad respiratoria.
Para disminuir las reacciones causadas por estos alérgenos tenemos que tomar precauciones en el ambiente y en nuestro propio gato, para empezar debemos mantener el hogar lo mas limpio posible, aspirando etc. de modo de poder eliminar la mayor parte de las escamas de la piel que portan estas sustancias, tambien se pueden tomar medidas en el propio gato como ser cepillarlo de forma rutinaria y bañarlo con shampoo antiseborreico de modo de disminuír la producción de caspa. Otra gran ayuda es el uso de homeopatía par tener estas reacciones bajo control.